PALABRAS ROTAS
Tu tan descuidado y ya ibas dejando recuerdos.
Yo tan hoja en blanco, guardé cada historia que me contabas.
¿Para qué sumar tristezas con melancolía?
Me pregunté cuándo te conocí.
Los dos tan rotos
y todavía tan frágiles.
Tan llenos de nada.
Con ganas de volver a casa
y sin mucha fe en el camino.
Yo con ganas de salvarte de ti,
aun sabiendo que no podía.
Y tú con urgencia de aferrarte a mí,
pensando que te salvaría.
Prometimos entonces decirnos la verdad,
la propia, claro está,
que no se parece en nada a lo que sucedió realmente.
Yo enloquecí cada vez que sentí tu ausencia
y tú, que no tenías idea de cómo hacerte notar, ni sentir,
solo gritabas tus penas.
Todo se rompió
antes si quiera de empezar.
Todo se secó
antes de germinar.
Seguro el amor habría florecido
solo por la necesidad de amar.
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