CARTAS AL VIENTO No. II


¿Dónde estarás?
En estas horas inútiles en las que yo te espero,
he intento sobre llevar el día a día.
¿Qué pensaras?
Mientras yo no hago más que padecer tu silencio,
tu ausencia.

Intento mantener la calma,
en esta vasta espera.
Intento mantener la fe,
mientras el tiempo se consume
y nos desvanecemos.

Trato de no buscarte,
pero siempre te encuentro representado en algo.
En algún recuerdo roto,
en alguna imagen perdida
o en alguna palabra hueca.

Estás allá y aquí,
en mí.
Estás ausente,
las manos me lo recuerdan,
la mirada me lo recuerda,
tu silencio me lo recuerda.

La muerte no queda más que aceptarla.
No hay nada que uno pueda hacer ya al respecto,
solo aprender a vivir con el vacío.
Pero la ausencia,
la ausencia duele como una herida abierta,
porque siempre queda la idea de que se puede hacer algo más;
por eso es tan difícil de aceptar.

Nos dijimos verdades que hoy parecen mentira.
Hicimos promesas que no pudimos cumplir.
Nos amamos con fuerza,
y aun amándonos,
la fuerza no fue suficiente para sostenernos.

Nos dijimos adiós...

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