LO QUE ME QUEDÓ DE VIDA


Ya no hay nada que me inspire
se me apago el deseo.
La tristeza vuelve a poblar mi alma
y el frío,
invade de nuevo mi casi inerte corazón.

La vida,
se ha vuelto una colección de días
sin ser vividos.

Y el tiempo,
se convirtió en un cruel torturador,
que pasa lentamente,
lentamente...

La voz se apaga sola
porque ya no dan ganas de hablar.
Y la mente se debate
entre los recuerdos felices
y el insípido presente.

El cuerpo ya no es,
solo queda un saco de huesos tristes.
Y los ojos arden,
porque ya no quedan lágrimas que llorar,
aunque el alma no se calme nunca,
Nunca…

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